lunes, 20 de diciembre de 2010

Maldita sea con los dramas.

Puedo decir con toda seguridad que no hay nada que me joda tanto como los dramas de la gente, y cuando hablo de dramas, hablo de todo lo referente, inclúyase drama amoroso, peos existenciales, lloriqueos, desilusiones, prejuicios, miedos, traumas, etc. Todo lo que tenga que ver con una reacción al estilo dramático me molesta, me jode, me pone la mierda verde, no me gusta y punto.

“Pero tú te arrechas y sobreactúas con todo” Vallase al carajo el que diga eso, yo soy arrecho y puedo hacer lo que quiera, berrinchar cuanto quiera y convulsionar si se me pega la relajadísima gana, punto.
Para mí la gente que se pone con (de ahora en adelante para resumir le diré a todo drama) dramas no es más que una bola de inseguridad, inestabilidad y una gigantesca bola de mierda con pus y gusanos, me toca los huevos, ¡NO! No me los toca, ¡Me los jala, me los tintinea! Cuando alguien me llega con un montaje y contándome los problemas de su vida, “Mi novio me dejo ¡No lo soporto!” o “¡Mis padres no me comprenden!” y hasta “¡No puede ser me dijo puta!” miles de sobreactuaciones y dramas que son fácilmente solucionables y que no tienen por qué coño de la madre existir.

Los dramas en sí no tienen ningún tipo de esquema ni (valga la redundancia) tipos, o sea, no existen tipos de dramas o clases de drama, lo que si hay es gente dramática y exagerada; de esos sobran y son los que variopintan el espectro del “drama”. Yo conozco, o al menos puedo definir como tales a estos:

Los sentimentales. Ya saben, esos que cualquier huevonada los hace llorar y deprimirse, esos al puro estilo emo que en vez de decirse a sí mismos “que importa, la vida sigue” se derrumban y se tiran al suelo porque x cosa les hizo daño, podría definirlos como los débiles mentales. Ejemplos perfectos son las niñas lloronas que se ponen tristes cuando una amiga está triste porque una amiga se va del colegio y todas se ponen a llorar como si se tratara de una reacción en cadena.

También un buen ejemplo es cuando los que se gradúan del bachillerato montan una cantaleta por qué “Ya no nos veremos más”, no importa que se hayan odiado todo el año, lloran juntos y para nada porque seguramente se ven en la universidad…

Luego están los inseguros, esos que cualquier cosa los hace caer en una crisis nerviosa y los vuelve paranoicos, o que cualquier decisión que deban tomar, ya sea simple o compleja, se vuelve una intrincada maraña de pelos anales porque empiezan a considerar más opciones de las necesarias y quedan al borde de un coma por cambiar tanto de opinión. He visto muchos ejemplos, está el de siempre “Me tengo que comprar tal cosa (por ejemplo una empanada), ¿Pero cual me compro, de queso, jamón y queso, pollo o carne?” Y a base de esa minucia se vuelven locos:
Fulano: Hay quiero una de pollo pero, es que hace mucho que no me como una de queso…
  • Nano: Pues, comete la de queso ¿No?
  • Fulano: Es que no sé como sea el queso de aquí, ¿Y si no me gusta?
  • Nano: Entonces comete la de pollo, problema resuelto…
  • Fulano: Hm pero la de jamón y queso suena tentadora, así como carne y queso a la vez.
  • Nano: Coño, entonces vas y pides la de jamón y queso y nos vamos ¿Ya?
  • Fulano: Sí pero… la verdad es que ese queso sigue sin darme buena espina.
  • Nano (Llegando al borde de la paciencia): Entonces comete una de pollo o de carne, verga…
  • Fulano: Ok, pero la de pollo ya me tiene cansado…
  • Nano: ¡Vergaaaaaa! Comete la maldita empanada de carne y ya, ¡Maldición!
  • Fulano: Sí, creo que la de carne es buena.
  • Nano: ¡Al fin!
  • Fulano: ¿Y si la carne está dañada? Ay ahora no sé si me como la de queso…
  • Nano: Pero es que… Jod… ¡Maldita sea! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Y así son más o menos las cosas, no se deciden por un coño, a todo le ponen un maldito pero y consideran posibilidades que son improbables, posibilidades que, casi con seguridad; no van a pasar.
No en balde hay otros que son parecidos a los inseguros, a los que les importa lo que dicen de ellos. Estos son parecidos a los anteriores, cabrones que se vuelven locos si no hablan de ellos, pero que caen en un estado rabioso-asesino-tóxico si hablas mal de ellos y juran por dios y las vírgenes que te harán pagar lo que les hiciste (tipo novelas mexicanas)… O que empieza a hablar más paja de ti que lo que tú hablaste de él o ella. Ah y que tienen la mala costumbre de cambiar lo que dices para hacerlo sonar más grave.

Por supuesto están los que simplemente lloran cuando hablan mal de ellos pero esos son normales, no hablan mucho e intentan dar lástima, los que se vuelven locos son los ladillosos porque a diferencia de los llorones, a estos no puedes sacártelos de encima.

Nano: Sabes, fulanita de tal parece una puta. *corre la voz y fulana se entera de lo que nano dice* (me encanta la analogía xD)
  • Fulana: ¿¡Que!? ¿¡Dijo que soy una puta!? Bueno ¿Y él quien se cree que es para decirme a mí que soy una puta? ¿Acaso el me ha cogido o me ha hecho algo? ¿Él ha visto alguna foto porno mía? ¿Él ha hecho algo conmigo? ¿El me ha visto puteando? ¿¡Ah, ah, ah…!? *se dirige hacia donde está nano*
  • Fulana: Mira carajito ¿Cómo te atreves a llamarme puta? ¿Qué te pasa, estás loco o qué?
  • Nano: No dije que lo eras, dije que lo parecías, lárgate.
Véase como en vez de ella decir que (en caso hipotético) yo dije que parecía una puta, reitera una y otra vez la palabra “soy” en vez de “parezco”.

También existe la situación común de “no voy a ser tu novio/a porque acabo de terminar con mi pareja y si empiezo otra relación tan rápido van a pensar que soy malo/a”, hay que ser estúpido para decir eso pana, si te gusta esa otra persona o quieres hacer cochinadas con ella ¿Qué coño de la madre te lo impide? ¿Qué los demás piensen que eres un asco de puta/perro? ¡IMBÉCIL!

Unos que son excepcionalmente rompe huevos son los celosos ya que tienen una infinidad de reacciones en su haber, unos se vuelven coléricas maquinas asesinas, otros unos manipuladores empedernidos, algunos se convierten casi en espías de la CIA, otros simplemente lloran como locos por el hecho de que les están o bueno, por la suposición de que le están siendo infieles, y miles más, pueden ser tanto hombres como mujeres y el drama más característico es:
  • Fulana: ¡Juan Manuel! ¿¡En donde estabas!?
  • Juan Manuel: Salí a tomar unas cervezas con los muchachos, ¿Por qué gritas amor? *se acerca para abrazarla*
  • Fulana: ¡NO ME TOQUES, CERDO! ¡ESTABAS CON OTRA! *al borde del llanto*
  • Juan Manuel: ¿Eh? ¡No! Te lo juro, estaba con los muchachos…
  • Fulana: ¡Eres un maldito mentiroso, te odio! *quiebra en llanto*
  • Juan Manuel: Pe, pe, pero…
  • Fulana: *Cuaima turn ON* ¿¡Y como explicas ese pelo de mujer en tu hombro!?
  • Juan Manuel: ¿De mujer? Es mío…
  • Fulana: ¡No me mientas! ¡Traidor!
Lo más triste es que el tiene el pelo largo y estaba tomando con sus amigos, pero a las personas celosas les valen mierda tus coartadas, ellos tienen la razón y cualquier aspecto puede crear una reacción extraña y una situación volátil.

Y bueno, los miedosos, los culos cagados, los maricas que en vez de enfrentar sus miedos se mean encima cuando algo los asusta y se petrifican, esos a los que les acercas algo que les de miedo o los pones en una situación incómoda y se derriten como mi plastilina cuando la ponía en la sartén a los 9 años. Lloran, gritan, dicen de todo y hasta rezan, a veces su miedo está bien fundado, pero a veces no coño, a veces gritan hasta quedarse roncos si les acercas una rata, o como un desquiciado que conozco que, literalmente convulsiona cuando lo acercas a un perro.

Todo esto está conectado por un dato muy curioso, algo muy irónico y realista, ¿Saben que es? Que todo tiene una maldita solución simple:

¿Tu novia te dejó? Mala leche busca otra.

¿No sabes qué hacer con tu vida? Entonces no pienses en más opciones y lanza una maldita moneda. O date un tiro.

¿Te molesta que hablen de ti? ¡JÓDETE!

¿Eres celoso? Investiga bien o simplemente habla con tu pareja.

¿Eres un cagón? Ponte un condenado pañal.

¡Y listo! Solucionado el puto problema.

¿Quieren más? Jódanse, ya no se me ocurre mas nada.



2 comentarios:

¿De pequeño ponias plastilina en la sarten? ._.

Faltan los que le dan la culpa a su interlocutor, esos egocentricos que "nunca hicieron nada", siempre lo hizo el primero en aparecer.

Y lo mas curiosamente gracioso de el post, es que creia que ese dato patologico de la plastina era asunto exclusivamente mio

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