sábado, 17 de julio de 2010

Los gatos de nano.

Tener mascotas es algo genial ¿Cuántos de los que me están leyendo en este momento no tienen o han tenido mascotas? Puedo decir con total seguridad que más de 95% de mis lectores han tenido, tienen o quieren tener una mascota, y ¿Por qué no? Con una mascota te diviertes, juegas, te ensucias y nunca te sientes solo. Yo realmente he llegado a querer mucho a varias de mis mascotas, siempre y cuando se parezcan al dueño pero las he querido y ese es el punto.

He tenido tres perros y más de diez gatos (en serio) pero de los gatos solo he querido a uno, mis perros fueron lo máximo y aún me quedan dos vivos. Tuve una pastora alemana que vivió 13 años conmigo y era una floja desmedida como yo, tengo un cruce de Chow Chow con bóxer que tiene un carácter de mierda y odia a todos y una bóxer (la madre del otro) que vive con cara de culo y adora molestar a la gente. Pero mis gatos, joder con esos putos gatos, los odio con toda mi alma porque no son mascotas adorables, son los hijos bastardos de Murphy ¡son una plaga!

Cuando uno tiene una mascota la tiene para entretenerse con ella y tener algo que hacer, genial hasta ahora todo va perfecto. Una mascota requiere de cuidados, eso lo entiendo a la perfección, hay que alimentarla, mantenerla limpia y darle cariño, eso está perfecto pero cuando tienes que hacer esa vaina con cinco animales hijos de puta con mal carácter e hiperactivos la tarea deja de ser un tiempo de calidad con tu/s mascotas y se termina convirtiendo en un suplicio del otro mundo, en una pesadilla aberrante y tormentosa, simplemente mantener y sobre todo querer a cinco gatos es algo que no está dentro de mis posibilidades, ya de por si tengo que darle cariño a mi novia, a la gorda y de vez en cuando tratar bien al gordo y al negro ¿Encima de eso tengo que querer a cinco gatos mamahuevos y gilipollas? No lo creo.

Lo triste del asunto es que aunque seamos cinco personas en casa, el pendejo que debe encargarse de los cinco diablos soy yo, “Javier dale de comer a los gatos” Siempre respondo algo como “deja de joder mujer” pero al final es imposible decirle que no a una enana armada con una sartén. De verdad, no solo hay que darles de comer, hay que sacarlos de la casa porque son un maldito desastre y además hay que estar pendiente de que no estén debajo del carro porque ya una vez le aplasté la cabeza a un gatito por pendejo, no fue intencional pero al menos pude deshacerme de uno.

Algo que hay que destacar de los gatos y de las mascotas es que cuando se tiene uno de estos animales en la casa termina convirtiéndose en parte de la familia, o sea una personalidad más en la casa. Tomen en cuenta que en mi casa vivimos cinco personas, un bestia megalómano (mi padre) una enana arrechona (mi madre) una gorda engreída (hermana) un loco energúmeno (hermanito menor) y un enano geek con complejo de superioridad (yo). Ya de por si la casa está hecha un culo (hipotéticamente hablando) y hay demasiadas personalidades opuestas conviviendo en un espacio reducido, a esto hay que agregarle que tenemos a dos gatas putas que se dejan coger por cualquiera y a los tres hijos de una de ellas (eran cuatro pero uno desapareció, el gordo dice que me lo comí) y simplemente es algo insoportable.

Vivir con estos gatos es un peo porque no se cansan de joder, siempre tienen que ladillar de alguna manera o no parecen estar felices, se les da de comer bien, tienen un patio grande con plantas, y un techo para no mojarse ¿Qué más quieren coño? No se conforman, son unos malditos inconformes indecisos de mierda como el negro y no dejan de ladillar, se acuestan en las camas porque piensan que son para ellos, se montan en la mesa cuando nadie se da cuenta a comerse MI comida y tienen la maldita mala costumbre de subirse a mi cama a lamerme y morderme la oreja cuando duermo ¡coño! No hay nada más putamente incómodo para mí que eso, fuckings gatos de mierda mal nacidos hijos de su mala madre que los parió no joda. Otra cosa que cabe destacar para demostrar que mis gatos son una ladilla soberbia y anormal es el hecho de que no son como otros gatos, otros gatos te ven y salen corriendo, es más a mí me ve cualquier animal y sale corriendo, pero estos maricas del coño tienen la mala costumbre de venir a maullarme cuando estoy escribiendo o haciendo algo en la PC, quieren que los acaricie y les de amor, pero lo quieren en el momento más inoportuno y se encaprichan de tal manera que no hay forma de quitártelos de encima, maúllan, se montan encima de ti, empiezan a morderte los pies y a chillar cada vez más fuerte, malditos hijos de puta, juro por dios que si no me los como lo ahogo en la poceta. ¡Lo juro!

Y si no les parece suficiente, una de las dos gatas mayores está preñada y a punto de parir, esa gata tiene la mala costumbre de acercarse a ti y estornudarte encima o de montarse en sus piernas para que la acaricies y, cuando menos te lo esperas se tira un peo, la maldita te pedorrea mientras la acaricias ¿¡WTF!? No me jodan, esos gatos no merecen más que ser comidos por los chinos.

En toda mi vida solo he querido a un gato y se llamaba Misha (nombre gay para un gato macho pero mi madre quiso ponérselo). Misha era un gato de lo mas de pinga, no jodía, no pedía un puto coño más que comida y muy de vez en cuando cariño, es más el era lindo y no te pedía nada, tu lo acariciabas porque te daban muchas ganas de hacerlo. Ese gato fue lo máximo porque compartía conmigo un rasgo muy peculiar, el tenía muchas mañas y complejos como el amo (yo). Misha tenía la costumbre de acostarse patas arriba y acurrucarse en una esquina como yo, tenía la costumbre de ladillar a mi madre cuando tenía hambre y por sobre todo, disfrutaba de hacer arrechar a mi mamá, siempre se acostaba en su colección de tortugas de cristal y porcelana y mi mamá se arrechaba de una manera brutal. Claro está que tenia algunos problemas como el de quedarse viendo la lavadora durante horas mientras saltaba hacia el plástico trasparente y se estrellaba, o la mala costumbre de masturbarse chupando un trapo y de no cogerse a las gatas (es en serio, chupaba un trapo y se excitaba, era un pajizo muy peculiar). Mi tiempo con Misha fue genial hasta el día que cometió el error más grande de su vida, Misha dormía conmigo en la cama a mis pies, y hasta estaba entrenado para que cuando yo me pusiera de espaldas él se acostara encima y me rascara la espalda al estirarse, un día Misha se acostó peligrosamente cerca de mis bolas y mientras yo dormía el muy puto seguramente se estiró demasiado y clavo una de sus garras en mi miembro ¡COÑOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, MALDICION, PUTA MADRE, AHHHHHHHHHHHHHHHHHH! Me paré con la expresión de dolor más evidente posible y con lágrimas en los ojos ¿Quién no lo haría después de eso? Después de eso Misha no volvió a acercarse a mi cama.

He pensado en mil maneras de deshacerme de esos malditos gatos, comérmelos no es buena opción porque no saben bien, echarlos a la calle no es posible porque mi madre y mi hermana son unas lloronas y no lo permiten, pisarles la cabeza con el carro es demasiado cruel hasta para mí, no sé qué coño hacer con esos gatos de mierda, se multiplican muy rápido y son más feos que el carajo, nadie los quiere adoptar y no tengo nada que hacer con ellos, esta es una de las pocas cosas de las que nano no ha podido salir o al menos conseguir alguna forma de hacerlo.

Una vez me dijeron que se los vendiera a los chinos pero no quiero ya que si alguien le hará daño a esos gatos seré yo y no un chino invasor de mierda, los chinos son iguales que los gatos, se reproducen rápido, joden mucho, no son bonitos y nadie los quiere, joder.

Luego me dijeron que esperara a que murieran o que los regalara ¡pero nadie los quiere!

La última recomendación que me dieron fue que cambiara de mascotas y que tuviese un hámster o algún tipo de ratón parecido, el problema es que animales tan pequeños me causan hambre, mi complejo de superioridad me dice “comételos, son más pequeños y débiles” así que evito a ese tipo de animales, aunque no niego que sería más que divertido tener una serpiente e ir a una tienda de mascotas “buenas señor, ¿me da tres hámsteres por favor?” “¿Para qué quiere tantos hámsteres? El mes pasado se llevó seis” “Ha es que tengo una serpiente que come mucho” eso sería de lo más divertido para mí, sería el cielo.

Aunque podría ser una solución más que de pinga, sería perfecto. Creo que compraré una serpiente y le daré de comer gatos bebés, luego a los grandes los echaré a alguna casa con muchos perros y me haré el loco, nadie sabe nadie supo.

Tal vez hoy no entiendan lo que quiero decir y les parezca algo atroz todo lo que digo pero joder, vivan con tantos gatos mañosos e hijos de su puta madre y luego díganme que los quieren. Si llegan a quererlos entonces están enfermos y son demasiado suavecitos para sobrevivir en este mundo, si fuese un gato o dos no habría problema, son pequeños y no ocupan espacio, por cierto eso dijo mi mamá al obtener al primer gato, ahora yo me arrepiento y pago las consecuencias porque si ocupan espacio y sí joden, en serio no tengan gatos o al menos tengan la inteligencia como para esterilizarlos, son plagas, son peores que las ratas y no traen ningún beneficio, ¡SON UNA MALDICION DE MURPHY! He llegado a pensar que esto es obra de Murphy, gracias Murphy eres genial, desgracias mi vida cada vez que puedes, pero te lo he dicho mil veces, ya verás.

No tengo mucho más que decir, ya dije lo que necesitaba sobre esta especie animal tan infame, no se dejen engañar por su ternura o por su tamaño reducido, es más fácil tener un perro o una mascota virtual que un gato, en serio.

Se despide de ustedes Nano.

Arte: Darkiesoul.

PD: Hoy me levanté con la mordida de oreja reglamentaria y la gata preñada me tiró al menos tres peos.

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